Si prefieres recibir esta información en modo audio, te invitamos a escuchar nuestro podcast: Cabal Cafe EP#19: Recolección: Mano de obra, precios justos y calidad de vida - El panorama de Guatemala, México y Colombia.
En nuestras conversaciones, hemos hablado de la importancia de tener una buena materia prima, porque desde ahí iniciamos a construir la calidad del café; puntualmente hablamos de contar con cerezas en su estado óptimo de maduración y precisamente esta, ha sido una tarea que se pone un poco compleja cada vez más, porque la recolección de los frutos debe hacerse de manera manual y el personal que lo realiza debe asegurarse de hacer un buen trabajo. Para tener un contexto más amplio, en esta oportunidad hablamos con Paula Rosenzweig, una mujer productora y tostadora de Oaxaca, México.
Francy: Para entrar un poco en contexto, empecemos Paula, porque nos cuentes qué es la recolección, que incluye, cómo se realiza y también cómo realizan esta labor los productores de tu comunidad.
Paula: Yo creo que muchas personas que no conocen de cerca el proceso del café ni siquiera saben cómo es que se recolecta, habría que decir que el café es una fruta, que se encuentran en las ramas de café y cada una de esas cerezas tiene que arrancarse manualmente de la planta. Existen recolectores mecánicos de café, pero son una minoría en el mundo y yo pienso que serán menos porque se necesitan condiciones topográficas. Entonces, prácticamente todo el café en el mundo fue recolectado por la mano de una persona y probablemente es la labor físicamente más demandante dentro de todo el ciclo Esto implica usar todo el cuerpo, implica jornadas largas de trabajo, caminar, cargar y considero es la labor peor pagada.
Muchas veces hablamos de los productores y productoras, pero muy pocas personas hablan o se enfocan en los piscadores (recolectores) y eso creo que es importante, poner atención a esas personas que son la base de toda la cadena del café. Aquí en México se le dice pizca a la recolección; como nosotros no podemos recolectar todo nuestro café, somos unos pequeños productores, pero aun así necesitamos ayuda y contratamos a nuestros vecinos o la familia de Agustín nuestro vecino y esto es importante también decirlo, muchas veces, las labores de recolección como pequeños productores se realizan por la misma familia o por la comunidad y eso es distinto a los grandes productores.
Francy: Eso es importante porque lo que nos cuentan algunos pequeños productores, es que por ser realizada por integrantes de la familia, no hay un costeo de esa labor y, por lo tanto, no se conoce al final si está siendo rentable o no.
Paula: Sí, a mí me sorprendió mucho la primera vez que fui a una finca grande, ellos tienen mano de obra muchas veces de Guatemala, porque nosotros, pues tenemos frontera con ese país, pero es muy diferente la logística de una finca grande a la de una finca pequeña. Por lo general las fincas grandes tienen sus costos bien establecidos y los pequeños productores y productoras muchas veces ni siquiera saben cuánto les cuesta, primero, no hay un sueldo, no te pagas tu propio jornal, entonces no sabes cuánto trabajo le estás metiendo a tu cafetal. Algo que a mí me importa mucho remarcar cuando se habla del tema de la producción y después de la recolección es que yo pienso en el café como una cascada de precarización, por lo general, pensamos que los productores y productoras están hasta abajo de la cadena y que ganan un porcentaje mínimo, pero hay personajes que están más abajo de ellos y son los recolectores. Muchas veces la labor de recolección ocupa un alto porcentaje de los gastos de cosecha y eso significa que los productores no es que se estén quedando con un margen de utilidad, de por sí, ganan muy poco, pues se les paga más poco a los recolectores.
Francy: Para contarles un poco del panorama en Colombia, la cosecha sucede de manera estacional y podríamos decir que este es un trabajo que se paga por kilo de cereza recolectada y luego al final de la cosecha, estas personas tienen que encontrar otros trabajos, por eso van de región en región buscando el trabajo que está disponible, y eso hace que no haya una relación directa entre el productor y el recolector que se pueda sostener en el tiempo.
Paula: Eso es interesante porque supongo que genera un estilo de vida muy particular, poco arraigado y eso debe tener sus propias problemáticas, porque obviamente, las personas que tienen trabajos temporales, pues no están aseguradas. Lo que a mí me parece impresionante es que la industria del café necesite que existan personas así para funcionar, porque si cada persona tuviera un empleo estable cerca de su casa, con seguridad social, con estabilidad financiera, probablemente no necesitarían ir a buscar trabajo a otros lugares y eso no nos llevaría a una crisis de mano de obra.
Para mí, el interrogante es cómo podríamos pensar en una cadena productiva del café, en la que cada participante tuviera suficientes condiciones de seguridad para desarrollar su potencial individual sin que colapse la cadena. A la fecha no he encontrado una respuesta, habría que dignificar el campo, dignificar la agricultura.
Francy: El tema del relevo generacional también es un tema bastante interesante por ejemplo, les comparto un estudio realizado por la Federación Nacional de Cafeteros en Colombia, ellos pudieron establecer que más del 20% de los recolectores activos actualmente, son mayores de 70 años y que cada vez son menos jóvenes los que quieren quedarse y dedicarse a las labores del campo incluyendo la recolección.
Paula: Aquí en México, bueno, yo me imagino que en muchas áreas, no necesariamente solo en el café, hay mucho trabajo infantil y esto para una persona que lo vea desde la ciudad, resulta odioso, como algo que va contra los derechos humanos. Pero hay que entender que en el campo y en la agricultura los niños se empiezan a preparar para ser agricultores desde muy temprana edad, ese fue el caso de mi abuelo. Ahora ya tenemos acceso a las escuelas donde pueden asistir los niños y las niñas y luego de eso ellos pueden decidir si irse a la ciudad de Oaxaca, que es el lugar más cercano, pero también hay muchos niños que se quedan con sus familias. Por ejemplo, la familia de mis vecinos que llega a recolectar, a veces quieren que sus hijos trabajen y para mí ha sido un gran choque porque les digo que no pueden porque son niños que deberían de estar en la escuela y entonces han decidido no venir a trabajar con nosotros porque no empleamos a sus hijos; es algo complicado.
En México, se emplean dos sistemas para medir la cereza recolectada, esto es por peso y volumen, el volumen usualmente se mide en cubetas de 5 galones que hacen aproximadamente 13 kilos de cereza. El precio dependerá de la zona, la disponibilidad de mano de obra, la calidad del corte, los precios anuales del café, entre otros.
Este año también hice la matemática para saber qué porcentaje aproximado de lo que estaba ganando un productor se estaba destinando a la labor de recolección y más o menos, (lo convertí a dólares estadounidenses para que las personas puedan hacer la conversión), pero más o menos, si un quintal de café en pergamino que son 46 kilos en pergamino, se está comprando en nuestra zona en $150, que es un precio bastante alto, eso quiere decir que se están gastando aproximadamente de esos $150 entre 60% y 70% en labores de recolección. Eso es muchísimo porque significa que entonces el productor se queda con un porcentaje menor y de ahí se tienen que descontar las otras labores y a veces, pues ni siquiera se cubre el costo de la producción.
Francy: En Colombia, de acuerdo con las estadísticas anuales, se estima que cerca del 36% de los costos de producción están destinados únicamente a la labor de la recolección, pudiendo incrementarse hasta un 50%, estas cifras seguramente van en aumento, de acuerdo con las problemáticas que mencionamos antes y esto más allá de ser una cifra alarmante, significa que la rentabilidad que pueda tener un caficultor no está bajo su control y que de cara al futuro, no hay un panorama claro que permita asegurar que producir café es sostenible.
Lucia: Algo importante de esta conversación es que Paula, nos dio esta perspectiva para pensar en el café como algo interesante, porque sabemos que hay partes bonitas y muy interesantes de las que nos encanta hablar en el café, pero eso va de la mano con estas problemáticas que todavía tenemos que tener presentes porque sin esta parte de la cadena, sin poder cosechar, sin tener esa mano de obra para cosechar no vamos a tener lo demás. Hablando un poco de los costos, quería compartir los precios aquí en Guatemala, en la zona de Antigua, están pagando alrededor de 50 quetzales por quintal por ser los últimos graneos de la cosecha. Un quintal es 100 libras y eso es más o menos 10 centavos de un dólar por un kilo de cereza y un recolector puede cosechar 2 quintales por día. Eso es alrededor de $13 dólares por día, por un día largo y con trabajo muy pesado. Y hay otros lugares, otras fincas que están pagando 75 quetzales por quintal, eso es alrededor de $19 dólares por día.
Francy: En Colombia, el panorama es un poco similar, se paga alrededor de 20 centavos de dólar el kilo de cereza recolectada y aproximadamente son 80 Kilos al día lo que se traduce en 16 a 20 dólares por día, siendo estos datos un aproximado y donde puede variar si este precio incluye alojamiento y alimentación. Por otro lado, lo que expresan los recolectores es que pese a contar con estos ingresos, no es suficiente y no cuentan con una calidad de vida estable para ellos ni para su núcleo familiar.
Lucia: En esta zona de Guatemala, especialmente en Antigua, hay muchos pueblos alrededor de las fincas y el personal viene por día, no tienen que pagar su alojamiento ni alimentación. Es muy interesante que cuando hablo con otras personas, este rango de precio en Guatemala es muy estable, pero el costo de vida en cada país es bastante distinto y es muy diferente para cada país. Creo que como consumidores también tenemos responsabilidad en elegir estas empresas de café que pagan precios justos y promueven una industria justa para todos.